martes, 29 de marzo de 2005


Alone in the dark

domingo, 27 de marzo de 2005

Mi Apellido



Origen: topomínico, adoptado del nombre del lugar de procedencia del fundador del linaje.

Según el etimólogo Juan Caraminas, el vocablo "taboada" es derivado de "tabla", del latín "tabula" que significa "tabla, pieza de madera plana, más larga que ancha y poca gruesa".

jueves, 24 de marzo de 2005

¿Y vos sabés amar...?


Yo estoy aprendiendo a aceptar a las personas, aún cuando ellas me defrauden, aún cuando se salgan del ideal que yo tengo de ellas, y aún cuando ellas me hieran con palabras ásperas o acciones irreflexivas.

Es difícil de aceptar a las personas así como ellas son, y no como yo quiero que sean. Es difícil, muy difícil, pero estoy aprendiendo, porque yo estoy aprendiendo a amar.

Yo estoy aprendiendo a escuchar. Para escuchar con los ojos, con los oídos, con el alma, y con todos los sentidos, lo que dice el corazón, lo que dicen los hombres caídos, los ojos tristes, y las manos inquietas. Para escuchar el mensaje que esconden las palabras, para descubrir la angustia guardada, la inseguridad enmascarada, y la soledad encubierta. Para penetrar en la sonrisa falsa, la felicidad simulada, y la adulación exagerada. Para descubrir el dolor de cada corazón, para descifrar el porqué de las lágrimas. Poco a poco, yo estoy aprendiendo a amar.

Yo estoy aprendiendo a perdonar, porque el amor perdona, limpia las heridas, y borra las cicatrices que la incomprensión e inseguridad grabaron en mi corazón herido. El amor alivia la herida que dejaron los pensamientos dolorosos, y no cultiva las ofensas con piedades y autocompasión. El amor perdona, da alivio, y extingue todo el dolor en el corazón.

Yo, paso a paso, estoy aprendiendo a perdonar y a amar. Yo estoy aprendiendo a descubrir el valor dentro de cada vida. Estoy aprendiendo que el afecto y la aceptación, son necesarias para soportar las experiencias duras vividas a lo largo de los años.

Yo estoy aprendiendo a ver el alma de las personas, y las posibilidades que Dios les dio. Yo estoy aprendiendo, aunque tropezando, yo estoy aprendiendo. Estoy aprendiendo a poner de lado mis propios dolores, mis intereses, mi ambición y mi orgullo, cuando éstos impiden el bienestar y la felicidad de alguien.

¡Pero, cómo es de lento aprender¡, y ¡cómo es de difícil amar!.
Aún así, yo estoy aprendiendo a amar.

¿Y vos, ya sabés amar?


Autor Desconocido


Veraneando en Mar del Plata

miércoles, 23 de marzo de 2005

martes, 22 de marzo de 2005

La gente que me gusta

  • Me gusta la gente que vibra, que no hay que empujarla, que no hay que decirle que haga las cosas, sino que sabe lo que hay que hacer y que lo hace.

  • Me gusta la gente con capacidad para medir las consecuencias de sus acciones, la gente que no deja las soluciones al azar.

  • Me gusta la gente justa con su gente y consigo misma, pero que no pierda de vista que somos humanos y nos podemos equivocar.

  • Me gusta la gente que piensa que el trabajo en equipo entre amigos produce más que los caóticos esfuerzos individuales.

  • Me gusta la gente que sabe la importancia de la alegría.

  • Me gusta la gente sincera y franca, capaz de oponerse con argumentos serenos y razonables a las decisiones de un jefe.

  • Me gusta la gente de criterio, la que no traga entero, la que no se avergüenza de reconocer que no sabe algo o que se equivocó.

  • Me gusta la gente que, al aceptar sus errores, se esfuerza genuinamente por no volver a cometerlos.

  • Me gusta la gente capaz de criticarme constructivamente y de frente, a éstos les llamo mis amigos.

  • Me gusta la gente fiel y persistente, que no desfallece cuando de alcanzar objetivos e ideas se trata.

  • Me gusta la gente que trabaja por resultados.

  • Con gente como ésa, me comprometo a lo que sea, ya que con haber tenido esa gente a mi lado me doy por bien retribuido.

Mario Benedetti
Escritor y poeta uruguayo

Aprende a ser feliz

La primera cosa que tendríamos que enseñar
a todo hombre que llega a la adolescencia,
es que los seres humanos no nacemos felices ni infelices,
sino que aprendemos a ser una cosa u otra y que,
en una gran parte, depende de nuestra elección
el que nos llegue la felicidad o la desgracia,
y que no es cierto, como muchos piensan,
que la dicha pueda encontrarse como se encuentra
por la calle una moneda, o que pueda tocar como una lotería,
sino que es algo que se construye, ladrillo a ladrillo, como una casa.


Habría también que enseñarles
que la felicidad nunca es completa en este mundo,
pero que aún así, hay razones más que suficientes de alegría
para llenar una vida de entusiasmo
y que una de las claves está precisamente
en no renunciar o ignorar los trozos de felicidad
que poseemos por pasarse la vida soñando o esperando la felicidad entera.


Sería también necesario decirles que
no hay «recetas» para la felicidad, porque, en primer lugar,
no hay una sola, sino muchas felicidades
y que cada hombre debe construir la suya,
que puede ser muy diferente de la de sus vecinos.
Y porque, en segundo lugar,
una de las claves para ser felices
está en descubrir «qué» clase de felicidad es la mía propia.

lunes, 21 de marzo de 2005

El Amor

El amor lo ama todo, porque el amor no conoce otra cosa que no sea amor.

El amor es el arte de olvidarse por completo de uno mismo,
de todos los deseos y las necesidades egoístas,
para llegar a conocer la personalidad y el carácter de otro.

Es aprender a aceptar a una persona, no por lo que es exteriormente,
sino por lo que revela desde adentro.

Es fortalecerse con las cualidades halladas en el otro
y las experiencias mutuamente compartidas.

Es aprender y llegar a preocuparse por una persona
hasta el punto de sufrir cuando ella sufre
y de sentir su alegría cuando llega.

El amor es estar dispuesto a dar
sin pensar en recibir nada a cambio,
a prestar tu apoyo cuando el otro está débil,
a darle tu sonrisa cuando él ha perdido la suya.

El amor es la fusión de dos almas individuales
para formar un espíritu completo,
con un lazo común de amor y abnegación.

Las personas son regalos

Las personas son regalos que la vida me ha dado.
Y como todos los regalos, llegan envueltas.
Algunas vienen envueltas en forma muy bella,
otras de una manera menos atractiva,
y otras cerradas con gran rigidez.
Algunas llegan maltratadas,
pero otras llegan como "Entrega Especial".

Pero la envoltura no es el regalo y es importante darse cuenta de ésto, ya que es muy fácil equivocarse y juzgar el contenido por el estuche.

A veces el regalo se abre con facilidad;
otras veces se necesita la ayuda de otras personas.
Tal vez porque tienen miedo,
quizá antes fueron heridas y no quieren ser lastimadas de nuevo.
Pudo ser que alguna vez se abrieron y fueron desechadas.
Quizá ahora se sienten más bien como "cosas", que como seres humanos.

Yo soy una persona.
Como todas las demás personas, también soy un regalo.
Poseo una bondad que es sólo mía, y sin embargo,
algunas veces tengo miedo de mirar dentro de mi envoltura.
Tal vez temo decepcionarme,
quizá no confío en lo que llevo dentro,
o puede ser que en realidad nunca he aceptado el regalo que soy.

Cada encuentro y comunicación entre personas
es un intercambio de regalos.
Mi regalo soy yo, tú eres tu regalo.
Somos obsequios de Dios, unos para otros.

Es difícil pensar que aquel que me ha lastimado,
es también un regalo de Dios.
Pero si vemos la ofensa como una envoltura maltratada
y no nos quedamos con ella,
seguramente encontraremos un hermoso regalo,
pues de cada suceso Dios nos tiene una enseñanza
para crecer en su amor y en nuestra fe.

Nosotros mismos podemos tener una envoltura maltratada
por el tiempo o las circunstancias,
pero lo que llevamos dentro siempre será hermoso,
pues quien lo puso ahí es nuestro Creador.

Descubre en tu interior todos los dones
con los que El Señor te conformó
y sé el digno regalo para los que te necesitan.

domingo, 20 de marzo de 2005

De niña


Posted by Hello
Almas Gemelas...
Dos partes de un mismo todo,
dividido en porciones
masculina y femenina.